El año 2022 fue la continuación de la época distorsionada que comenzó con la pandemia de Covid 19, a lo que se agregó una profundización de la crisis económica en Argentina y una crisis global debido, entre otras cosas, a la invasión de Ucrania llevada a cabo por Rusia. Todos estos factores han generado que la vida cotidiana se complique, enfrentamos un aislamiento brutal que produjo alteraciones en la salud mental de mucha gente, provocó pérdidas económicas escandalosas en la mayoría de los sectores productivos del país, retrotrajo la demanda y lesionó seriamente la socialización en todos los grupos etarios.
La invasión a Ucrania juntamente con una labilidad de los países de Occidente para tramitar las crisis políticas y económicas que se vienen sucediendo tensó aún más la cuerda y comenzaron a sucederse episodios de inflación en países que creían tener este problema resuelto. Las sanciones económicas a Rusia, país exportador de materias primas, produjo a su vez aumento en los precios de productos primarios y escasez de ellos. En un país como Argentina, con una debilidad económica arrastrada por años, los efectos de la crisis global repercuten en forma amplificada
Toda esta cadena de cisnes negros - Nassim Taleb dixit - dan como resultado que la vida cotidiana se haya transformado dramáticamente en 3 años, que las crisis superpuestas y sin solución a la vista torne a la cotidianeidad abrumadora y estresante para parte de la población mundial y condene a la pobreza y en casos a la hambruna o otra parte de la humanidad
Dentro de lo posible una pausa en todo este vértigo se impone. El verano es sinónimo de libertad, relax, deberíamos intentar en lo posible, recuperar algo de la espontaneidad perdida en este verano 2023